miércoles, 21 de septiembre de 2011

10 celulares feos o menos funcionales



Que Onda! Hay teléfonos que gustan a todo el mundo. Son los tres que todos tenemos en mente, con pantalla táctil y atractivo diseño fino, por los que suspira media humanidad.

¿Y qué pasa con los demás? Hay cientos de móviles sosos y aburridos que la gente compra sin mucho entusiasmo solo para poder tener un aparato con el que hablar o conectarse a Internet por la calle. Hay, también, un tercer grupo: es el compuesto por los terminales más aberrantes, esos que dan vergüenza poner sobre la mesa en una cena. No obstante, a los móviles feos también se les coge cariño, así que hoy vamos a hacerles un merecido homenaje con esta lista.



Nokia 7600
Salió al mercado en el año 2007, el mismo en el que Apple presentó el iPhone. Su diseño de fantasía que parece emular a una gota de agua, y su nula funcionalidad (haría falta usar las dos manos para manejarlo como si fuera el mando de una consola) le hace merecedor del número 1 del ranking.




Samsung Cleo
Su color rosa o pastel, y su parecido con un set de maquillaje, lo hacían ideal para el mercado femenino, o al menos eso pensaron los diseñadores de la marca coreana Samsung en el 2008. Sien embargo, el resultado final se parecía más a una especie de ostra con una pantalla enana y muchas teclas apelotonadas en poco espacio. Además, no todo lo rosa le gusta a las mujeres.




BlackBerry Storm
Su diseño es bonito, pero merece estar aquí por la horrible experiencia que ofrecía. El primer terminal BlackBerry con pantalla táctil, pensado para competir con el iPhone, era un suplicio para sus usuarios: el teclado virtual se equivocaba continuamente. Hubo gente que jamás pudo escribir en él una palabra con la letra Ñ; no la encontraban por el endemoniado sistema de teclas.




Nokia 3620
La forma de este dispositivo es de lo más intrigante. La parte superior, donde se encuentra la pantalla, parece un teléfono normal, pero luego tiene añadida una especie de panza redonda con un cuadro de botones. La mezcla es extraña, como si un ingeniero loco hubiera mutilado dos teléfonos y los hubiera unido en un solo engendro mutante.




Sony Ericsson t61z
Poco hay que decir de este cacharro, similar a uno de esos walkie-talkies que se usan para controlar si los bebés duermen plácidamente en una habitación anexa.




Motorola Nextel i500
Si el Sony Ericcson parecía un dispositivo para controlar niños, este parece el de un operario de un aeropuerto o el de un guarda forestal, y eso que estaba pensado para utilizarlo en el mundo de los negocios. Imaginamos que ningún yuppie se atrevió a sacarlo de su maletín.




Microsoft Kin
No era feo, pero causo mucha desilusión. Su existencia se anunció a bombo y platillo en mayo del año pasado como el gran enemigo del iPhone, pero solo se puso a la venta en Estados Unidos, donde apenas se despacharon unas pocas unidades. A Europa ni llegó, con la consiguiente decepción de sus fans (que no eran pocos).




HTC Apache
Se suele asociar HTC con buenos móviles con sistema operativo Android, pero antes de la llegada de este software de Google, se dedicaban a fabricar ladrillos como este.




Palm Treo 700
Todos hemos jugado a algún videojuego en el que el protagonista en un súper soldado que tiene un gadget para conocer su situación, las instrucciones de la misión en la que está embarcado y demás elementos bélicos. Pues bien, este aparato de Palm es clavadito, aunque su uso en la vida real no tiene ni pizca de gracia. Además, su nombre rima con feo.




LG VX8300
Los móviles tipo "concha de almeja" (clamshell, en inglés) ya se han pasado de moda, así que es buen momento para juzgarlos como se merecen: un atentado al buen gusto y a la comodidad. Eran demasiado gordos para llevarlos en el bolsillo y muchos de ellos no tenían pantalla exterior. Además, muchos se descolgaban por defecto al abrirse, por lo que cada vez que sonaban era un salto al vacío (¿quién será, qué querrá?). Todo ello sin contar con su antiestética antena exterior. El único que se salva de la quema es el Motorola V3, una auténtica preciosidad.


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